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domingo, 13 de julio de 2008

CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE SANTO DOMINGO DE HEREDIA PROF. RAÚL ISIDRO BOLAÑOS Y AL CONCEJO MUNICIPAL

CARTA ABIERTA A LA MUNICIPALIDAD DE SANTO DOMINGO

 

PREVENCIÓN DE DESASTRES:

 ACCIONES CONCRETAS ESPERADAS

 

“ En Costa Rica, principalmente en el Valle Central, se están perdiendo los mejores suelos agrícolas bajo montañas de cemento. Poco a poco, los cafetales, las hortalizas y otros cultivos van sucumbiendo ante el avance descontrolado de las urbanizaciones, carreteras, quintas, edificios, etc. . Por falta de una clara política de planificación urbana, que defina los terrenos o las zonas que deban ser protegidas para la producción y los terrenos que pueden urbanizarse, los precios de las tierras se han elevado artificialmente, constituyendo su venta una clara y real tentación para los agricultores” según el análisis del experto Alexander Bonilla (http://www.alexanderbonilla.com/files/actualidad/archivo90.htm) .

Hay que saber que Costa Rica, como todo país situado en zonas tropicales, posee un suelo muy sensible al proceso natural de erosión. Según el mismo estudio, “en condiciones naturales se necesitan de 100 a 400 años para constituir 10 milímetros de suelo”. Mucho menos para perderlos: no se tiene cálculos de la cantidad de metros cúbicos de tierra que pierde cada año Costa Rica, pero es evidente que el país está enfrentando un agravado proceso de erosión de sus suelos, y así lo confirman varios estudios de la Escuela de Geología y de la Escuela de Geografía de la UCR.

 

Algunos nos dicen que el problema es que Costa Rica llueve ahora mas que antes. Pero si uno revisa los datos registrados por los índices de pluviometría en el Valle Central, llovía tanto sino mas que ahora. El problema actual, no es que caiga mas agua del cielo, sino que una vez que toca el suelo, el agua empieza a correr con una violencia que antes no tenía: ya no hay raíces para frenar su ímpetu y sostener la tierra, por lo que el lavado y la escorrentía se acelera de manera exponencial. Los lugares en donde naturalmente el agua era absorbida por la tierra (bosques, cafetales potreros) han cedido el paso a casas, calles, adoquines, urbanizaciones, supermercados, y otras obras que impermeabilizan la tierra. Las partes altas de las cuencas de los ríos del Valle Central deben ser particularmente controladas, dado los efectos para los municipios “aguas abajo”.

 

Tomemos un ejemplo aquí en Santo Domingo de Heredia (a modo ilustrativo, dado que esta figura se repite en muchos municipios del país): un antiguo cafetal es hoy un amplio residencial (Quizarco). Permanecen en las aceras y jardines algunos espacios verdes (casi como boquetes en medio del cemento y el asfalto) pero es evidente que una enorme cantidad de agua que antes se resumía en el cafetal ahora corre con cada vez mayor fuerza aguas abajo... en dirección de Santo Domingo-centro, situado a  un nivel inferior a Quizarco. No debemos preocuparnos por el agua: siempre buscará su camino. Pero el impulso que tiene es cada vez mayor, convirtiendo un otrora tímido hilo de agua en potente corriente que arrasa materiales y tierra y destruye todo por su paso.

 

El año pasado, sin que ninguna onda tropical afectara el territorio de Costa Rica, el centro de Santo Domingo sufrió serios estragos causados por la gran cantidad de agua que sobrepasa las capacidades del alcantarillado  pluvial de este municipio.

 

Este año, 2008, la primera onda tropical del año,  Alma, ya ha causado, a nivel nacional, daños  estimados en unos 20.000 millones según la Comisión Nacional de Emergencias. Y hay que esperar otras ondas tropicales para esta estación lluviosa que a penas empieza. Mientras las autoridades nacionales elaboran los mecanismos para la implementación del Plan Nacional para Mitigar los Efectos del Cambio Climático, algunos municipios como el de Santo Domingo ya podrían ir tomando alguna iniciativa propia.

 

Sin embrago, esta semana, al pasar por la obra que actualmente se edifica a la par de Quizarco (futuro supermercado en Santo Domingo), pudimos constatar que se está impermeabilizando todo los alrededores del supermercado para efectos del paqueo: compactación de terreno, lastre y capa de asfalto. Sobre una superficie de unos 5000 m2 sino mas.

 

¿Hacia donde cree Usted que correrán, con el próximo aguacero,  los miles de litros de agua que antes la tierra de ese mismo lote absorbía naturalmente? ¿Será tan  difícil y complicado para un municipio, su Alcalde, su Presidente Municipal o su Comisión de Ordenamiento Territorial exigir a las industrias o proyectos de urbanizadoras (sobre todo a los situados a un nivel superior al centro de Santo Domingo de Heredia) que prevean no solo un estudio de impacto ambiental, sino medidas para compensar esta no absorción de agua debido a la compactación e impermeabilización del suelo (canales subterráneos, utilización del zacate/block para espacios como parqueos, u otras técnicas de ingeniería civil)?

 

Los invito, de cara al próximo aguacero en Santo Domingo, a pasearse por su Parque Central y ver como va aumentando gradualmente la cantidad del agua en el alcantarillado pluvial municipal. Esta cantidad seguirá creciendo conforme más cemento invada antiguos cafetales, de manera descontrolada, y mientras la Municipalidad no tome las decisiones oportunas que aún está a tiempo de tomar.

 

Me permito enviar esta carta no solo al Sr. Alcalde y al Sr. Presidente Municipal, así como a los Honorables Miembros de su Consejo Municipal, sino a modo de carta abierta, de manera que todos los domingueños que aman su cantón y su ciudad, estén debidamente informados.

 

Nicolas Boeglin

Profesor universitario

San Miguel de Santo Domingo

9 de julio del 2008  

 

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